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  • Espacialidad- Tácticas de apropiación espacial lúdicas 

  • Espacialidad y Cueva. Órdenes débiles-Isotropía

  • Fenomenológica, La casa

  • Espacialidad- Tácticas de apropiación espacial lúdicas 

Comprendemos la -espacialidad-, en contraposición al espacio, como relación en términos de tensión (de creación, transformación y apropiación) entre el cuerpo (y sus tácticas de apropiación espacial) y el espacio mismo (configuraciones espaciales). 


Según M. De Certeau y desde el “paradigma de la recepción activa” (estudios culturales), la creación o invención conjuga paradójicamente dos modelos: el de la creación durable (la arquitectura, los objetos técnicos) y el de las creaciones perecederas (prácticas o tácticas de apropiación, efímeras). El “paradigma de la recepción activa” conjuga ambos modos de creación: “lo duro” (las configuraciones espaciales) y “Lo blando” (las tácticas de apropiación espacial) (M. De Certeau) en una tensión y conflicto por la transformación y re-significación del espacio y los objetos. 


La espacialidad (1) es una compleja y tensa relación entre espacio, temporalidad y movimiento de los cuerpos desplegada en el juego (2) , así toda táctica de apropiación espacial es lúdica para producir desviaciones en su apropiación (uso). 


Las tácticas de apropiación espacial se contraponen al -uso- ya que este implica una recepción pasiva del espacio y los objetos, es decir, no hay transformación ni re-significación alguna de las conformaciones espaciales dadas y las órdenes de uso que están implicadas. Desde el punto de vista de “recepción activa” el -usuario- se transforma en habitante creador a través de su propio cuerpo.


El concepto de espacialidad será entonces central y articulador de los contenidos de Morfología II-A.

(1) Según M. De Certeau (sobre la -espacialidad-) “hay espacio en cuanto que se toman en consideración los vectores de dirección, las cantidades de velocidad y la variable del tiempo, El espacio es un cruzamiento de movilidades. Espacio es el efecto producido por las operaciones que lo orientan, lo circunstancian, lo temporalizan y lo llevan a funcionar como una unidad polivalente de programas conflictuales o de proximidades contractuales”.

(2) Si comprendemos al cuerpo como una co-habitación alternada en nuestro cuerpo entre el sujeto adulto y el niño que “(…) deshacen todas las formas y todas las significaciones, significantes y significados, para que pueda aparecer una materia no formada (…).” (G. Deleuze; F. Guattari).

  • Espacialidad y Cueva. Órdenes débiles-Isotropía

Toyo Ito afirma sobre la casa-refugio de madera definitiva de SouFujimoto lo siguiente: “(…) El espacio mínimo interior se obtiene por extracción de los bloques dentro del cubo. El espacio interior consiste en una espiral que se retuerce hacia arriba desde la entrada, con suelo, techo y pared. Todos los elementos arquitectónicos, escalera y mobiliarios están formados con la misma pieza de madera (…) Reducir una casa a su estado más primitivo, mediante la eliminación de sus elementos arquitectónicos. Uno no se puede mover a menos que retuerza el cuerpo.”

Comprendemos la -espacialidad- de la Cueva (arquetipo espacial) como una relación que “desarma” el cuerpo de la figura humana (y su normatividad interiorizada) al ser este un cuerpo “retorcido” para poderse desplazar dentro de la conformación espacial “rugosa” de esta casa- cueva (ver relación con concepto Cuerpo auto-biográfico de Glosario  UT1).  

La casa primitiva de S. Fujimoto se organiza a partir de una geometría de malla-cuadrícula espacial isótropa (1),  de orden débil (sin jerarquías). Los bloques desplazados irregular y aleatoriamente sobre esta malla geométrica regular y rígida paradójicamente disuelven el espacio interior en términos de oposiciones espaciales, deviniendo de esta manera en un espacio irregular e informe, laberíntico, intersticial y rugoso de nichos y protuberancias. El espacio de la casa se delimita a través de una continuidad de la piel de gran espesor a modo de un plegado que funde y disuelve toda oposición posible, la única que se sostiene es la relación interior/exterior, la cual determina una fuerte interioridad. 

La Cueva también disuelve oposiciones habituales de la percepción espacial tales como arriba/abajo, plano horizontal/plano vertical, etc. en su heterogeneidad y proliferación de micro-espacios y protuberancias que emergen en la disolución del plano continuo del suelo.

  

(1) La isotropía (cuya etimología está en la raíces griegasισοςisos, igual, y τρόπος tropos, dirección, desplazamiento) en geometría es la invariancia en el desplazamiento de una figura en una dirección o en dos direcciones. En una dirección sería el caso de una simetría iso-métrica con una operación de traslación (serie regular). En dos direcciones sería el caso de una malla o cuadrícula regular. Ambos casos los denominamos órdenes débiles ya que carecen de jerarquía y centralidad así como tienen el rasgo de ser órdenes abiertos, es decir, se pueden repetir ilimitadamente.

  • La casa fenomenológica

Consideramos la fenomenología (1)  como un método filosófico que ha tenido sus vertientes específicas en otras disciplinas, incluso en la arquitectura. Esta metodología (en términos esquemáticos y a los fines de las prácticas en Morfología II-A) implica necesariamente recuperar (por técnicas de rememoración y de proyección imaginaria del deseo) la experiencia o las vivencias singulares de cada cuerpo (en su afectividad) en relación al espacio de la casa (es en sí una forma de -espacialidad-). La mirada fenomenológica pretende dar cuentas de estas vivencias psicofísicas suspendiendo toda conceptualización de la casa a los fines de generar anclajes entre el saber disciplinar y la experiencia cotidiana en el espacio, con los objetos y con otros cuerpos.


Nos intencionamos hacia la materia fenomenológica ya sea de objetos y/o espacios y ésta se intenciona hacia nosotros en una relación afectiva para hacernos de un mundo familiar, entre nosotros y el mundo se establece un tejido intencional. La forma, por el contrario, se relaciona con una disposición inteligible para ser dominada y nominada por la razón, sin establecer raíces profundas que nos relacionen con el mundo a través de nuestras vivencias. 


“Las cosas no son simples objetos neutros que contemplamos; cada una de ellas simboliza para nosotros cierta conducta, nos la evoca, provoca por nuestra parte reacciones favorables o desfavorables, y por esto los gustos de un hombre, su carácter. La actitud que adoptó respecto del mundo. Se lee en los objetos que escogió para rodearse, en los colores que prefiere, en los paseos que hace.


Nuestra relación con las cosas no es una relación distante, cada una de ellas habla a nuestro cuerpo y nuestra vida, están revestidas de características humanas (dóciles, suaves, hostiles, resistentes). E inversamente viven en nosotros como otros tantos emblemas de las conductas que queremos o detestamos. El hombre está investido en las cosas y éstas están investidas en él. Las cosas no son simples objetos neutros que contemplamos." M. Merleau Ponty  


La casa fenomenológica (2) , rememorada e imaginada, se configura en función de la dialéctica casa/ universo (interior/exterior), en los espacios de la intimidad: rincones (microespacios), corredores, o en su “ser vertical” (G. Bachelard) dado en la polaridad sótano/guardilla. Por el contrario la casa moderna es un ser puramente horizontal, funcional, abierto donde “todo es máquina y la vida íntima huye por todas partes” (G. Bachelard).


La casa fenomenológica oscilará entonces entre estos lugares-atmósferas configurados en su reciprocidad, la cual los situará en una estabilidad siempre desplazada y provisoria.

(1) Sólo la Fenomenología, es decir la consideración del surgir de la imagen en una conciencia individual, puede ayudarnos a restituir la subjetividad de las imágenes y a medir la amplitud, la fuerza, el sentido de la transubjetividad de la imagen" . Gaston  Bachelard

(2) “La casa es un cuerpo de imágenes que dan al hombre razones o ilusiones de estabilidad. Los espacios de la interioridad, de la intimidad protegida, de la estabilidad del ser, de la felicidad central. La imaginación, la memoria y la percepción de truecan en una cooperación entre lo real y lo irreal, entre la casa natal y la casa soñada". Gastón Bachelard, “La poética del espacio”.

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